miércoles, 27 de febrero de 2013

El autocuidado de la salud


La responsabilidad del enfermo y del ciudadano en general contribuye a mejorar la salud propia y a  hacer un sistema Nacional de Salud más eficiente
A estas alturas es una obviedad decir que estamos inmersos en una gran crisis, fundamentalmente económica, con trascendencia y enorme repercusión en otros ámbitos. Estamos viendo debilitarse muchas de las cosas que dábamos por evidentes y ahora toca hacer un ejercicio reflexivo sobre nuestra contribución para intentar salir adelante lo más pronto y mejor posible, aunque alguno, escondiéndose en este río revuelto,  trate de sacar rédito y embrollar todo en una especie de ceremonia de la confusión, con gran indignación y perplejidad por parte del resto. Pero esto es un capítulo de nuestra historia que estamos viviendo y que requeriría un análisis mucho más explícito y sosegado.
Refiriéndonos a  uno de nuestros sectores que más afecta al conjunto de los ciudadanos: el Sistema Nacional de Salud, es constatable que está sufriendo estos avatares. Son muchas consideraciones las que habría que hacer para conseguir un sistema más eficiente, pero hoy me gustaría dar algunas pinceladas sobre la participación del paciente y del ciudadano en general, en el cuidado y mejora de su propia salud.
Las soluciones a los problemas de sostenibilidad del sistema no puede limitarse al ámbito económico ya que es necesario asegurar una correcta utilización de los recursos de los que disponemos por parte de todos los agentes (enfermos, profesionales y gestores).
Como consecuencia de las bajas tasas de natalidad y el aumento de la longevidad se está produciendo un envejecimiento de la población. En el año 2050 el número de personas de la UE con más de 65 años habrá crecido un 70% y el número de personas mayores de 80 años se habrá incrementado en un 170% (http:ec.europa.eu/health-eu/doc/whitepaper en.pdf).
La innovación en medicina es, sin duda alguna necesaria y deseable, pero plantea retos importantes para los gestores. La aparición constante de nuevos medicamentos, productos sanitarios y tratamientos que mejoran la calidad de vida suelen conllevar,  aunque no siempre un aumento de los costes de los tratamientos. La farmacia hospitalaria ha crecido a razón de un 15,8% en los últimos años.
Uno de los puntos fundamentales y al que se está prestando y habrá que prestar más atención es el cumplimiento del paciente con el tratamiento prescrito, lo que muchos llaman “adherencia al tratamiento”. Esto es muy importante para la salud del enfermo y para la eficiencia del sistema sanitario. Según cálculos de la Organización Mundial de la Salud, en los países desarrollados, sólo el 50% de los pacientes crónicos cumple con su tratamiento, y entre el 30% y el 50% lo  abandonan  en los primeros 6 meses.
Los hábitos de vida saludables juegan un papel importantísimo en el cuidado de nuestra salud. Según datos de estudios sobre este particular, el 60% de la población española no realiza ninguna actividad física, situándonos en el penúltimo puesto entre los estados miembros del la Unión Europea, seguidos únicamente por Malta.
Entre las prácticas para el autocuidado se encuentran: alimentación adecuada a las necesidades, medidas higiénicas, control y reducción del consumo de medicamentos a lo realmente necesario,  manejo del estrés, habilidades para establecer relaciones sociales y resolver problemas interpersonales, ejercicio y actividad física, comportamientos seguros, recreación y manejo del tiempo libre…
Sabemos que con la prevención no todo se puede conseguir, pero al menos lo debemos intentar!

viernes, 1 de febrero de 2013

III Jornadas de Excelencia en Farmacia Hospitalaria. Presente y Futuro

III Jornada de Excelencia en Farmacia Hospitalaria. Presente y Futuro organizada por la FS2000 en colaboración con la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria.

 Madrid, 31 de enero de 2013 (Hotel Vinci Soho).
Doña Carmen González Madrid, Presidenta Ejecutiva de la Fundación Salud 2000 inaguró la Jornada. Aquí recogemos y compartimos con vosotros un resumen de sus palabras. 
"En estas Jornadas, hablaremos del estado actual de la farmacogenética en los servicios de farmacia nacionales apuntando líneas de futuro que es del  máximo interés pues sólo dando pasos ciertos iremos avanzando entre todos con el objetivo y la ilusión de ir construyendo un sistema, que atienda lo mejor posible al ciudadano o paciente y al mismo tiempo, consigamos la mayor eficiencia de nuestro sistema de salud.
 Yo resaltaría dos ideas que me parecen fundamentales en este contexto en el que estamos:
 ·      La importancia y el papel relevante que adquieren los servicios de Farmacia hospitalaria.
 ·      La aplicación de la farmacogenética que ayuda en la selección del mejor fármaco para cada paciente.

En cuanto al primer punto es indudable que los servicios de farmacia hospitalaria juegan un papel determinante en la utilización y optimización de la farmacogenética  como criterio de selección de fármacos para pacientes con diferentes patologías y es que el conocimiento del genoma humano ha abierto grandes oportunidades, tanto para el diseño y obtención de nuevos fármacos como para el desarrollo de la medicina personalizada.
El farmacéutico de hospital, como agente activo del sistema sanitario, e integrado plenamente en los servicios de salud, adquiere un papel relevante en la optimización de los recursos disponibles y en la aplicación del principio de justicia, tal como se indica en el libro de “Etica clínica en Farmacia Hospitalaria”, editado por la FS2000 en colaboración con la SEFH  y en el que han participado numerosos profesionales, coordinados por Enrique Soler. (Aquí podéis solicitarnos un ejemplar:  http://www.fundacionsalud2000.com/publications?kind_of_content=other_publications)
La mayor complejidad actual de la medicación, así como el incremento de los riesgos que lleva asociados, requiere que se potencien los controles para que la terapia farmacológica no sólo sea la apropiada, sino que también sea correctamente utilizada.
 En cuanto al segundo punto, tiene que ver con la concepción del enfermo como eje del sistema. Se ha evolucionado de un concepto de enfermedad al concepto de enfermo y así muchos expertos coinciden en no considerar a los pacientes como un conjunto homogéneo, sino al enfermo con sus características y condiciones individualizadas.
La aplicación de la farmacogenética ayuda a seleccionar el mejor fármaco para cada paciente, haciendo una medicina más personalizada, permitiendo evitar a los pacientes reacciones adversas al medicamento, al tiempo que reducir las tasas de inefectividad de los tratamientos.
La implementación de ciertas pruebas permiten optimizar el tratamiento de los pacientes que tienen más probabilidades de responder, evitando los costes y los efectos secundarios en aquellos otros enfermos en los que es poco probable que respondan o no lo hagan adecuadamente.
Por ello deberíamos caminar decididamente hacia una aplicación homogénea, analizando el coste-efectividad de cada combinación de enfermedad-fármaco-gen-test, promoviendo medicamentos para los que hay una determinación farmacogenética para poder prevenir toxicidades y mejorar la respuesta terapéutica, y por aquellos que objetivamente pueden darnos información del cumplimiento por parte del paciente del tratamiento prescrito, punto éste también de gran importancia para el enfermo y nuestro sistema sanitario".