El paso día 6 de junio de 2015 en
www.estusanidad.com publicaban una
interesante columna de opinión firmada por Jesús Sánchez Martos, recién
nombrado Consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, y que compartimos íntegramente
con los lectores por su gran interés e ideas que recoge.
¿Qué hay al otro lado del pijama
y la bata?
“Tras ese pijama o bata institucional, blanco, azul o de que cualquier
otro color, que lleva el logotipo del Centro y que se acompaña de una tarjeta
de identificación, siempre hay un profesional de la medicina, de la
enfermería…, un profesional que libremente ha decidido trabajar en la sanidad, pública
o privada, y que tiene la obligación de vestir el uniforme que deciden sus
gerentes y directores.
Un profesional que de ese modo, además de trabajar más cómodo, seguro e higiénico que con su vestuario de calle, se identifica directamente a los ciudadanos, pacientes y familiares que acuden a una institución sanitaria. Pero hay otros pijamas y otras batas. Los pijamas y batas que también son de distintos colores, a veces de rayas y otras de lunares rojos o azules, que llevan incorporado el logotipo de la institución y que son los que visten los pacientes ingresados en un centro sanitario, pero con los que además de no sentirse ni cómodos ni favorecidos, no entienden el porqué deben llevarlos puestos en lugar de poder vestir su “pijama o su bata personal”; ese pijama con el que se sienten cómodos porque es el suyo propio, o esa bata que desde luego no les deja nunca “con el trasero al aire”.
En otras palabras, detrás de esos pijamas y batas del que los diseñadores
seguro que se sienten orgullosos, siempre hay una persona que sufre y padece
algún tipo de enfermedad y por esa razón están ingresados en un hospital, pero
que no quieren sentirse “encarcelados” al obligarles a llevar puesto un pijama
o una bata institucional, que para nada respeta su libertad personal ni su
dignidad, dos valores que jamás se han de vulnerar en ningún caso.
Afortunadamente, cada vez son más los profesionales sanitarios que se sienten identificados con cuanto digo en este artículo de opinión y defienden a capa y espada la necesaria, la obligatoria humanización de nuestro buen Sistema Sanitario, tanto público como privado; pero todavía tenemos mucho camino por recorrer.
Afortunadamente, cada vez son más los profesionales sanitarios que se sienten identificados con cuanto digo en este artículo de opinión y defienden a capa y espada la necesaria, la obligatoria humanización de nuestro buen Sistema Sanitario, tanto público como privado; pero todavía tenemos mucho camino por recorrer.
Recientemente, nuestros alumnos de Enfermería de la Universidad Complutense
organizaban la Primera Jornada de Valores con el afortunado y provocativo
título de “Al otro lado del pijama”, a la que acudieron más de 400
profesionales que tuvieron la oportunidad de conocer más de cerca las opiniones
de los pacientes en este sentido, y la idoneidad de que todos los profesionales
sanitarios seamos conscientes de la necesidad de potenciar la humanización de
nuestro trabajo en todos los sentidos.
Pero además de nosotros como profesionales, también deberían
reflexionar los gerentes y directivos de los hospitales, para que al menos los
pijamas, que nunca han de ser obligados sino ofrecidos a los pacientes, sean
siempre de su talla y tengan emparejadas la de la chaqueta y la del pantalón,
al tiempo que las batas siempre dispongan de los dispositivos necesarios
para que sea respetada la intimidad y la dignidad de la persona que la lleve
puesta.
Quizá no sería demasiado pedir que gerentes y directivos se llevaran un pijama y una bata tomados al azar del office y que se lo pongan en casa, que se miren al espejo y que pidan su opinión a sus familiares más directos.
Quizá no sería demasiado pedir que gerentes y directivos se llevaran un pijama y una bata tomados al azar del office y que se lo pongan en casa, que se miren al espejo y que pidan su opinión a sus familiares más directos.
Es posible que con este sencillo ejercicio práctico de “empatía”, cambiara su pensamiento y que trataran de reforzar el sentimiento de humanización de la institución que dirigen.
De momento y mientras esto no ocurra, solo nos cabe recordar a todos, que cualquier persona tiene derecho a llevar puesto su pijama y su bata personal, cuando tenga que estar ingresada en un hospital, porque ciertamente estará ingresada, pero nunca encarcelada”.
Articulo de opinión extraido de http://www.estusanidad.com/secciones/opinion/que-hay-al-otro-lado-del-pijama-y-la-bata