miércoles, 25 de noviembre de 2015

Hablemos a nuestros hijos

Hoy, desde la Fundación Salud 2000, y con ocasión de la conmemoración de la Convención sobre Derechos de la Infancia que tuvo lugar el 20 de Noviembre, compartimos con nuestros lectores un excelente artículo de uno de nuestros Patronos, Javier Urra, cuyo contenido esperamos que resultes de gran interés:



El reciente atentado en París supone un impacto en los niños, como nos acontece a los mayores. Ellos, a veces no preguntan, pero trasmiten con sus dibujos y conductas nerviosas.


Hemos de adelantarnos, sentarnos formalmente y hablarles con respeto, con seriedad, conscientes de que los niños entienden y sobre todo captan.

Los niños del mundo, nuestros niños precisan de seguridad, necesitan amor, y noticias tan terribles les generan interrogantes y devastación. Sus dibujos con trazos rojos llenos de bombas, estallidos, disparos, así lo reflejan.

Vimos la dulce conversación en París de un niño de 3 años y medio que le preguntaba a su papá sobre los malos y no quedaba convencido de que las flores que estaban depositando pudieran parar las balas de las pistolas. Pero el padre le trasmitió una lección de lo que es el padecimiento por los otros, que se sienten nuestros. Una lección de lo que es y significa compadecerse.

Los niños entienden claramente lo que está bien y lo que está mal, valor fundamental para la ética, para la conciencia. Nada tiene que ver dar la vida por los demás con arrebatársela.

Los pequeños se preguntan por qué hay malos y habrá que contestarles, que el ser humano es capaz de lo mejor y de lo peor y que siempre habrá fanáticos convencidos de una sola verdad, la suya, incapaces de enfrentarla a los otros por miedo.

Nuestros niños han de saber que la vida es un equilibrio entre libertad y seguridad. Pero que hay avances en los derechos de los propios niños que se conmemoran el 20 de noviembre en la Convención sobre Derechos de la Infancia. Y hemos avanzado en los derechos de la mujer, en la igualdad, en el respeto al distinto por cultura, por fe religiosa, por orientación o identidad sexual, y eso es esencial, es irreversible, es innegociable.

A los niños hay que trasmitirles seguridad, confianza, hacerles saber que tenemos las fuerzas de seguridad que nos defenderán. Pero que la seguridad cien por cien, no existe.

Los niños y desde corta edad son conscientes de que se convive con el sufrimiento y el dolor, pero no podemos permitir que en parte les roben la ingenuidad y el futuro.

A los adolescentes hay que avisarles de los riesgos que suponen algunos mensajes en la red, pues el adolescente, se caracteriza por el paso al acto, por la búsqueda de un proyecto existencial, de una razón de ser, por la aceptación de un padre grupo, por la aventura. Y algunos, pocos, buscan inmolarse en una consciencia que es en algo fantástica e irresponsable. No es lo mismo conocer que elaborar.

También vimos a un niño sirio, que nos interpelaba y nos gritaba “¡paren la guerra y no tendremos que emigrar, paren la guerra!”. Y también lleva toda la razón.

¿Qué pasaría si sentáramos juntos al niño sirio con el niño parisino?. Pues ya se lo adelanto, se darían un abrazo y se pondrían a jugar.

Los adultos somos en algo niños, menos mal, y también precisamos de la seguridad, de poder anticipar, de dejar en heredad a los que nos continúen un mundo mejor, un mundo en paz, un mundo en libertad que exige seguridad.

20N. Convención de los Derechos de la Infancia en todo el mundo.

Los terroristas, el denominado Estado Islámico saben que los medios de comunicación en occidente repican las noticias, de forma cotidiana, generando un mayor eco, difundiendo lo que se proponen, el terror.

Estoy escuchando que hay jóvenes europeos que se alistan y nos cabe preguntarnos, ¿por qué se sienten tan mal en un entorno europeo generalmente tan cómodo? ¿por qué buscan una causa para inmolarse?¿o es que ya son violentos y cualquier causa les serviría?

Digámosles a nuestros niños que quienes se hacen estallar no buscan suicidarse, sino causar el mayor daño. Es un asesinato múltiple y ampliado.

Trasmitamos también a nuestros niños que la espiritualidad, que la trascendencia, que la religión, se basa siempre en el amor, en el respeto, en el “no matarás”.

Noticias bárbaras que debe generar anticuerpos, vacunas para entender y hacer entender a nuestros niños que el ser humano cuenta con la palabra, con la risa, con el perdón, y con las lágrimas para debatir, para discutir, para convivir.

Javier Urra

Primer Defensor del Menor



martes, 3 de noviembre de 2015

Destino de los embriones crioconservados


Vivimos inmersos en una revolución de la ciencia y la investigación. 

Entre los avances que se han producido en los último años, hoy, en este blog, destacamos lo que ya forma parte casi esencial de los tratamientos de reproducción asistida: 

La criopreservación o congelación de embriones. 

Mediante esta técnica que permite la congelación de embriones, se consigue una conservación para un uso posterior sin que por el paso del tiempo su viabilidad se pueda ver afectada. 


El art. 11.4 de la Ley 14/2006, de 26 de mayo, sobre técnicas de reproducción humana asistida recoge los diferentes posibles destinos que podrán darse a los preembriones crioconservados, así como en los casos que proceda, al semen, ovocitos y tejido ovárico crioconservados. 

La Ley enumera los siguientes:
a) Su utilización por la propia mujer o su cónyuge.
b) La donación con fines reproductivos.
c) La donación con fines de investigación.
d) El cese de su conservación sin otra utilización. En el caso de los preembriones y los ovocitos crioconservados, esta última opción sólo será aplicable una vez finalizado el plazo máximo de conservación establecido en esta Ley sin que se haya optado por alguno de los destinos mencionados en los apartados anteriores.
Las receptoras de la técnica, pueden optar por cualquiera de las opciones legalmente previstas.

Muchas de las personas que deciden donarlos con fines de investigación, pueden entrar en un conflicto con la clínica, en el caso que la clínica no esté llevando a cabo ningún proyecto de investigación, ya que los embriones deben seguir crioconservados, - hasta que ésta exista o, en su caso, hasta que se alcance el plazo para su descongelación-, y el centro conforme a derecho puede exigir el coste del mantenimiento, y por lo tanto, debe ser asumido por las pacientes.

Por ello, es aconsejable informarse muy bien y leer con detenimiento el consentimiento informado y ante cualquier duda preguntar a los profesionales de la clínica.